lunes, 6 de junio de 2011

DOMINGO DE LA ASCENSIÓN DE Nº Sº JESUCRISTO



EVANGELIO de Mateo 28, 16-20

C. En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: J — "Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo".

El templo de la Ascensión es octogonal, con arcos apuntados y tapiados, cubierto por una cúpula sobre un tambor. En el suelo está la roca desde la que Jesús, según la tradición, ascendió a los cielos. Una señal en la roca puede ser la huella que dejó el pie de Jesús cuando ascendió a los cielos.

En el año 376 d. J.C. se construyó una magnífica basílica llamada Imbomón “sobre la cumbre”. Los persas la destruyeron en el 614. Los cruzados la reconstruyeron en forma octogonal. Respetaron la parte central que contenía la roca con la huella, dejándola abierta al cielo para que los fieles en sus plegarias pudieran contemplarlo en recuerdo de la ascensión del Señor. En 1187, cuando pasó a manos de los musulmanes, cubrieron la capilla del centro con una cúpula y tapiaron los arcos. Con el paso del tiempo, todo se fue deteriorando. Hoy sólo permanece el templete del centro. El estado general esta bastante descuidado. El estilo de esta basílica sirvió de modelo a los musulmanes para construir la mezquita de Omar.

Todos los años, en la víspera de la ascensión, muchos cristianos suben a este lugar. Montan tiendas de campaña, hacen hogueras, cantan, rezan… para festejar el triunfo definitivo de Cristo y su ascensión a los cielos.

Lo importante es que aquí, a 800 metros de Jerusalén, después de despedirse de los apóstoles, Jesús ascendió a los cielos. La resurrección y ascensión de Jesús a los cielos da sentido a nuestra vida. Tenemos la esperanza de estar con Él en el reino glorioso del Padre. Nuestra vida no va a terminar en la nada, no va carecer de sentido, no va a ser un absurdo. Si Jesús subió a los cielos, nosotros, por sus méritos, también subiremos.

El mensaje que Jesús nos dejó es que, en cualquier sitio que nos encontremos, debemos ser testigos y dar testimonio de Él.


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