lunes, 30 de abril de 2012

ECCE HOMO

Cristo de la Humildad, José de Rozas 1691.
Cofradía de la Piedad
Gracias a mi amigo Javier, y a su pericia de historiador y rastreador por la web, nos ha llegado una entrada aparecida en el blog www.artevalladolid.blogspot.com referente a la talla del Santísimo Cristo de la Humildad, propiedad de nuestra cofradía y que se encuentra actualmente en el Santuario Nacional.
En esta entrada se pregunta su autor, cómo es posible que esta escultura de "primera categoría" no desfile en nuestra Semana Santa, cuando es uno de los pasos históricos de la misma.
Hoy en día no entenderíamos a la cofradía de la Piedad sin su talla de la "Qunta Angustia", pero es que en siglos pasados y sobre todo en el decadente Siglo XIX a nuestra Cofradía no se la concebía en la calle, sin su imagen del ECCE HOMO, de Don José de Rozas.

Sin duda es una talla a recuperar por la Cofradía, sin duda habrá que realizar la gestiones oportunas y correspondientes, sin duda el Arzobispado deberá ayudar en esta tarea.
Esta imagen fue costeada por nuestros cofrades en 1690, pagada en su día a José de Rozas también cofrade de la Piedad, saliendo por pimera vez en procesión el Viernes Santo de 1692 y así de manera ininterrumpida hasta que fue sustituido por la talla de Gregorio Fernández, propiedad de la Vera Cruz.

Magnifica escultura, con el mismo rostro que el Nazareno de Palencia, en nuestro blog ya hemos hablado de nuestra imagen. Así el 20 de Marzo de 2009 publicamos un interesante artículo sobre él, el mismo que apareció años antes en un boletín de nuestra cofradía. Seguramente el autor de este blog haya tenido en cuenta esta información, aún así le agradecemos profundamente que se haya fijado en él, que lo valore y que proponga su recuperación.
Esperemos y deseemos que así sea.
Les dejamos con su aportación y algunas de sus fotos.


SANTO CRISTO DE LA HUMILDAD o DEL GALLO

Ecce Homo
José de Rozas. 1691
Cofradía propietaria: Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad.
Cofradía que lo procesionó en la Procesión del Santo Entierro: Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros.
Santuario Nacional de la Gran Promesa

El Santísimo Cristo de la Humildad, propiedad de la Cofradía de la Piedad, y antiguamente procesionado por ésta cofradía, y posteriormente por la Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros, es sin ninguna duda una pieza de primera categoría que incomprensiblemente se encuentra fuera de nuestra Semana Santa. No conzoco los motivos por los que no ha vuelto a salir a la calle, pero una talla de sus caracteristicas, su historia procesional y su calidad merecen, al menos, que se piense en una próxima incorporación.
Ya desde el siglo XVI la Cofradía de la Piedad contaba con una imagen del Ecce Homo que sacaban en procesión bajo la advocación del “Santo Cristo de la Humildad”. Así consta en el libro de cuentas del año 1595-1596 una partida de doce reales por “haçer un andamio para poner la Ynsinia del hece omo”.

Detalle cabeza y corona de espinas
Contaba con sus propios mayordomos y hay constancia de que en 1655 lo era el escultor Francisco Díaz de Tudanca. Los materiales con los que estaba hecha esta imagen debían ser débiles, puesto que en 1636 se encomienda al pintor Diego Díaz su reparación “para que la adereçe lo que viere menester, por estar algo deslucida”. Este “Santo Cristo de la Humildad” salió en procesión hasta 1639-1640, no figurando ya en la planta procesional de la cofradía de 1642. Nuevamente en 1677 se hablaba de la “indecencia” en la que se encontraba esta imagen. Finalmente la cofradía decidió sustituir la imagen, para ello encargó en 1691 al escultor José de Rozas la realización de una nueva talla del Ecce Homo. Rozas se comprometió a que “haría perfecta y acavada una hechura de el Santo Cristo de la Humildad de cuerpo entero, sentado y en blanco, regulando su valor en 100 ducados”. La imagen debía estar acabada para primero de octubre de ese mismo año.

Posiblemente José de Rozas tuvo en cuenta la anterior imagen del Ecce Homo, aunque este nuevo Cristo parece copiado del que Gregorio Fernández realizó para la Cofradía de la Vera Cruz, excepto en la posición de las manos y en su tamaño, algo más pequeño que aquél.
Cristo, coronado de espinas, aparece sentado sobre un cajón, con la cabeza ligeramente inclinada al lado derecho. El rostro viene a coincidir con el Nazareno de Palencia. Ojos abiertos y boca entreabierta. Sus manos están cruzadas y atadas con una cuerda, en una de ellas sostiene una caña. Tiene el cuerpo tremendamente llagado, y le cubre una túnica de tela encolada de color rojo, con la cual se lograba un mayor grado de verosimilitud en la talla. Su puesta en escena en la calle iba acompañada por la cruz y los atributos de la Pasión, según lo describió: “Cristo con la túnica encarnada sentado y detrás de la cruz y los atributos de su pasión, repartidos en ella de talla”.

Detalle manos


Las advocaciones que fue adquiriendo fueron varios: “Cristo de la Humildad”, “Cristo de la Caña” o “Cristo del Gallo”. Esta última advocación procede de la escenografía con que iba acompañado, puesto que a los citados atributos se añadía un gallo que anunciaba las traiciones de San Pedro. El apodo más reciente fue el de “Cristo de los Artilleros”, porque una sección del cuerpo de Artillería, establecido en el antiguo colegio de San Ambrosio, le acompañaba con velas encendidas en la procesión del Viernes Santo.

Sin embargo, aquel templo no fue su ubicación inicial. La primera sede independiente de la Cofradía de la Piedad fue su iglesia penitencial, la cual estuvo entre las actuales calles de Fray Luis de León y López Gómez. Allí el Cristo se encontraba colocado en un gran retablo de columnas salomónicas en un lado lateral del templo.

Tras su derribo pasó, provisionalmente y en 1791, a la iglesia parroquial de El Salvador, siendo colocada esta imagen en el altar de la Virgen del Buen Suceso. De allí llegaron hasta la iglesia de los frailes hospitalarios de San Antón, en el cual permanecieron hasta que se cerró al culto esta iglesia en el siglo XX. Finalmente la imagen fue trasladada al Santuario Nacional de la Gran Promesa, adonde fueron a parar algunas de las obras de la iglesia de San Antón al desaparecer ésta.

Detalle rodillas
No fue la única imagen que de esta advocación del Ecce Homo poseía la antigua Cofradía de la Piedad. Según indica Roberto Alonso la cofradía debió de tener hasta cuatro imágenes. Incluso en momentos de crisis (y fueron muy continuados desde el siglo XIX) era la única talla a la que recurrían los cofrades en las procesiones de la Pasión, cuando ya no se armaban los grandes conjuntos. El “Cristo de la Humildad” solía aparecer en el primer claro de la procesión, como indicaba Canesi. Se pudo apreciar en la famosa procesión del Viernes Santo de 21 de abril de 1810, la solicitada por el general Kellerman: “a las cuatro de la tarde llegó… y enseguida la de La Piedad con el Santísimo Cristo de la Humildad”. Y a pesar de que no se contaba con personas suficientes para portar los pasos a finales del siglo XIX, la cofradía de la Piedad continuó asistiendo a la procesión del Viernes Santo con esta imagen entre 1864 y 1908. Agapito y Revilla seguía confirmando su presencia en 1910 y 1911, aunque no se conoce el momento en que dejó de hacerlo. Incluso el citado Agapito y Revilla afirmaba en su libro de la Semana Santa (publicado en 1925) que un señor decía ser propietario de esta imagen, queriéndola vender, aunque los libros de Cabildos parecían demostrar lo contrario. Con la recuperación de la frecuencia procesional, liderada por el arzobispo Gandásegui, el “Cristo de la Humildad” fue alumbrado por los Artilleros (recibiendo también esta denominación). La talla posteriormente fue sustituidad por la imagen del Ecce Homo de la Cofradía de la Vera Cruz, realizada por Gregorio Fernández

viernes, 27 de abril de 2012

San José


SAN JOSÉ, Santuario Nacional de la Gran Promesa.

La Cofradía de la Piedad dispuso de 4 esculturas magníficas en el Retablo del Altar Mayor de su Iglesia Penitencial.
Estas esculturas eran: San Pedro de Alcántara, Santa Teresa de Jesús, San Antonio de Padua y San José, ("de talla de vara y media de altas").

Estas esculturas aparecen reflejadas en el inventario de 1791.
Tanto San Antonio como San José participaron en las dos procesiones  que se hicieron para los traslados al Salvador (1789) y a San Antón (1790):

“Procesion traslado al Salvador: “En la ciudad de Valladolid a seis de Octubre de mill settezs ochentta y nuebe siendo el anochecer se comenzo a formar la procesion de traslacion de las Santtas Imágenes de la Cofradia de Ntra Sra de la Piedad, una de las cinco Penitenciales desta ciudad, que se formo del modo siguiente:

1º: San Antonio de Padua, anttezediendole los maiordomos de cuerpos con sus cettros y un claro de devotos con su estandarte y algunas achas encendidas.
2º: Otro claro con su estandartte en que llebaban a San Josef y algunas achas encendidas..."
 
Colocándose estas dos imágenes  "Sn Anttonio y Sn Josef en dos buffettes al lado del nuevo altar de nra Sra de Balbanera".
 
Lo mismo sucedió el 19 de Marzo de 1790 cuando se trasladó la cofradía a San Antón.
Desgraciadamente no sabemos donde pueden estar ubicadas actualmente, o si han desaparecido para siempre.
No obstante y aunque no podemos precisarlo con total seguridad, la imagen de San José que se encuentra en el Santuario podría ser la escultura que en su día perteneció a la Piedad.
Ya que en el inventario de 1907 aparece reflejado un "Altar completo con la talla de SAN JOSÉ con el niño y unas potencias  y un Crucifijo."
 
No hemos de olvidar que en este templo se halla el Santísimo Cristo de la Humildad, propiedad de la Cofradía y que aquí fueron trasladadas varias imágenes de la Piedad cuando se derribó San Antón.

miércoles, 25 de abril de 2012

Dos escultores cofrades

Dos escultores cercanos a Gregorio Fernández, que fueron cofrades de la Piedad:

Andrés Solanes:
Nació a finales del Siglo XVI, pues se sabe que se casó en 1622 con Catalina Zuazo.
Aparece relacionado con Gregorio Fernández hacia 1621, cuando alquila una casa en la calle Sacramento, concretamente el 7 de Julio, muy cerca del taller del maestro del barroco.
Pudiera ser que hacia 1630 ya poseyera taller propio, aunque siempre colaboró con Gregorio Fernández. Ejecutó el paso de la Oración del Huerto, para la Vera Cruz, y contribuyó en la realización de un modelo en cera, junto a Gregorio Fernández, del paso del Entierro para nuestra hermandad.
Al parecer fue su hijo, también llamado Andrés, el que  ingresó como cofrade de la Piedad en 1642, según se desprende del libro de asientos de cofrades (desde 1630).
Pues nuestro escultor fallece en Vitoria el 19 o 20 de Diciembre de 1635.

Juan Antonio de Estrada:
Otro escultor del círculo de Fernández, que entró como cofrade de la Piedad en 1630, según este mismo  libro de asientos. "Juan Antonio de Estrada, cofrade de luz de la Confradia Penitencial de Ntra Sra de la Piedad, que vive a la puerta del campo".
Su obra no tuvo mucha importancia, aunque si realizó el retablo de San Sebastián de la Catedral de Palencia.
Murió en 1647 y fue enterrado en la Iglesia de San Lorenzo.

viernes, 20 de abril de 2012

Cuando los cofrades eran disciplinantes

Disciplinates en una procesión de Semana Santa (Goya)
Las cofradías, con sus imágenes, pasos y penitentes han evolucionado de forma que, por ejemplo, en este último caso hoy nos sorprenderían mucho. Se trata de los antiguos disciplinantes que iban en las procesiones a la que acudían también los hermanos de luz, que en el caso de Valladolid, llevaban túnicas distintas (blancas-hermanos de sangre o negras-hermanos de luz) para distinguirse unos de otros

Las cofradías llevaban dentro de sus plantas procesionales a los hermanos de luz y a los disciplinantes o hermanos de sangre. Estos cofrades acompañaban en Valladolid a las 5 hermandades antiguas los días de Jueves y Viernes Santo, que era cuando sólo se efectuaban la estaciones de penitencia en la Santa Iglesia Catedral.


En 1604 se hablaba  de los disciplinantes y se señalaba que como es "costumbre universal de la Iglesia Católica, santísimamente están introducidas, y permitidas las cofradías de disciplinantes que se hacen en la Semana Santa". Las cofradías, pues, estaban "favorecidas con especiales gracias, e indulgencias, como cosa con que se nos trae a la memoria la muerte, y pasión que por nuestra salvación padeció el Hijo de Dios, que en aquellos días celebra la Iglesia Católica, i con que se hace penitencia, i procura de satisfacer parte de la pena que por las culpas, i pecados que entre año contra la divina majestad se han cometido".
Se pedía que las procesiones que se hicieran, salieran para hacer penitencia de sus pecados, "vayan en ellas con mucha devoción, silencio i compostura", con el que se pueda ver el arrepentimiento de sus pecados y "no pierdan por alguna vanidad, o demostración exterior, el premio eterno que por ello se les dará".


Los disciplinantes recorrían las calles  "totalmente desnudo de medio cuerpo arriba con algunas vueltas de soga a la cintura, derraman su sangre asotándose por medio de las procesiones". Estos disciplinates: "salen con túnicas y cubiertos los rostros con caperuz llevando cruces".
Los penitentes se azotaban en las calles y plazas, así como en las iglesias. "Igualmente otros que se van a los templos, derraman su sangre asotándose por medio de las procesiones sin advertir y quizás advirtiendo que manchan las ropas de los concurrentes de uno y otro sexo" . Otros iban "empalados con maderos, espadas" .
Como consecuencia "del mucho desorden que se ve en esta villa en los sagrados días de Jueves y Viernes Santo en los que salen por sus calles varias devotas procesiones", señala el Auto de 1776. Se manda "que ninguno vaya en las procesiones, ni ande por las calles haciendo penitencia desnudo de cintura arriba; que los penitentes de sangre vayan delante de las referidas procesiones y si quieren venir a hacer oración ante las sagradas imágenes vengan con el azote parado de modo que nunca se verifique darse con él, que dada las diez de cada una de las dos referidas noches no ande persona alguna en traje de penitencia". La pena por no cumplir esta orden era "de veinte ducados, diez días de cárcel y de proceder según corresponda en justicia". Indicando que estas prácticas se separaban "del orden debido y perturba su devoción", al mismo tiempo "que asustan a el sexo femenino y le abstraen de la oración y visita de los templos".

Carlos III publicaría la Real Orden de 20 de Febrero de 1777 a consecuencia de la situación existente en todo el país. En ella se indica que "no permitan chancillerías ni audiencias del reino, disciplinantes, empalados ni otros espectáculos semejantes que no sirven de edificación y pueden servir en la indecencia y el desorden de las procesiones de Semana Santa... debiendo los que tuvieran verdadero espíritu de compunción y penitencia elegir otras más racionales, secretas y menos expuestas".


Indicaciones que no debieron tener un efecto inminente, ya que la disciplina en los hermanos de sangre se aferraba a la tradición, así fueron promulgados varios autos de buen gobierno en fecha posterior a 1777. En 1791 ya no se habla de disciplinantes, con lo que se supone que desaparecieron totalmente, aunque se sigue con la prohibición de la venta de licores y comestibles aduciendo el ayuno que mandan estos días santos.


Las "túnicas, como así se le llamaba al traje del penitente en siglos pasados, o el hábito cofrade como se le conoce en la actualidad, ha tenido una evolución marcada con los tiempos y modos de una sociedad en continua transformación. La túnica era el ropaje con el que el penitente cubre sus pecados, de esta forma se presentaba en demanda del perdón, en una constante humillación, no ya por la penitencia en sí que podrán realizar como disciplinante, sino por el hecho de ir vestidos con una ropa humilde de tejidos bastos. Los disciplinantes llevaban el torso descubierto para sufrir el castigo con unos azotes con los que se fustigaban hasta producirse heridas sangrientas. Los penitentes salían "con túnicas y cubiertos los rostros con capuces o capirotes"  y "que las túnicas sean decentes y no andrajosas ni ridículas ni demasiadamente largas" . Las túnicas iban amarradas a la cintura con varias vueltas de soga, que sin lugar a dudas era otra forma de padecer con el dolor los pecados en los que buscaba el perdón. Una soga que hoy ha evolucionado a los cíngulos. Además los caperuces o capuchas, hoy evolucionadas al actual capuchón, era y es una oportunidad para el anonimato y tiene un origen de humillación, son los mismos que utilizaba la Santa Inquisición. En Valladolid los capirotes no se dieron hasta comienzos del Siglo XX,antaño su forma era igual que los que se siguen usando en Medina de Rioseco. En Valladolid, la Cofradía de la Piedad fue la primera en adoptar un hábito penitencial, tal como los conocemos hoy en día.

miércoles, 18 de abril de 2012

La Capilla de Nª Sª de la Soledad, del Cto de San Francisco





No se sabe con certeza cuando llegaron los Franciscanos a Valladolid, parece ser que ocurrió hacia el año 1230. Posteriormente hacia 1260, la esposa de Alfonso X el Sabio, Dña Violante donó y cedió un solar de bastante extensión en las inmediaciones de la Plaza del Mercado para que se construyera el Convento y su Iglesia.




En 1660 se tenía constancia de su dimensión definitiva pues consta que delimitaba con la Acera de San Francisco (Plaza Mayor), la calle Olleros (Duque de la Victoria), la calle del Verdugo (Montero Calvo) y la calle de Santiago.

Esta comprobado también que el 1 de Febrero de 1837 comenzó a demolerse y que en 1843 se vendió su solar a D. Blas López Morales el cual pagó por ello 1.021.100 Reales.

Con este derribo Valladolid perdió uno de sus grandes conventos, y no sólo eso un rico patrimonio.


Algunas de sus magníficas obras de arte pudieron salvarse, como el Entierro de Juan de Juni, o bien en el Museo o bien en Iglesias, pero desafortunadamente la mayor parte de sus fondos se encuentran a día de hoy desaparecidos o quién sabe si perdidos para siempre.

Pues bien en el interior de su Iglesia Conventual, se encontraba la capilla de "Nuestra Señora de la Soledad", aunque su primera advocación fue de San Bernardino.Era propiedad de la Familia Sevilla-Vega, así lo decía la siguiente inscripción:

"Esta capilla es de Juan de Sevilla y Dña Ana de la Vega, su mujer y sus herederos. 1590".



Posteriomente Don Francisco de Cárdenas fue quien mandó a Gregorio Fernández realizar la imagen de la Piedad, entonces conocida como Nª Sª de la Soledad, de ahí el nombre de la capilla, y que fue terminada de dorar y ensamblar en1627, por Xaques del Castillo.


Por eso cuando se la cita como realizada en 1625, no es del todo correcto el dato, pues fue terminada en 1627.


Hoy en día y desde el año 1836, se conserva en la Iglesia Parroquial de San Martín y San Benito el Viejo. Ya que gracias a que era de patronato particular pudo salvarse del proceso desamortizador y no terminar en las dependencias del Museo.


Curiosamente 3 siglos después de su realización salía por vez primera en procesión por las calles de Valladolid, en la recién creada procesión de "Penitencia y Caridad" y siendo la nueva advocación de la antigua cofradía de la Piedad, que desgraciadamente había perdido todas sus pertenencias y todo su patrimonio.



Lamentablemente cuánto ha perdido Valladolid




martes, 17 de abril de 2012

LA PIEDAD Y EL DISCÍPULO AMADO




Siempre es bonito descubrir cosas nuevas, como lo es sin duda todo lo relacionado con la Historia de nuestra Cofradía.

Gracias a aportaciones de cofrades y colaboradores también nos llegan artículos interesantísimos.

Hoy Carlos nos ofrece la relación de la figura de la Magadalena, del paso del Longinos, con la cofradía del Discípulo Amado, en la década de los 50 del siglo pasado.

Siempre es un buen momento para retrotraernos en el tiempo y disfrutar de otras épocas de nuestra Semana Santa.


LA COFRADÍA DE LA PIEDAD y LA DEL DÍSCIPULO AMADO:


En Febrero de 2011 el mundo cofrade de Valladolid recibió una noticia desconocida para buena parte de sus integrantes, pues hacia más de 50 años que no se producía, la formación de una nueva hermandad penitencial, la Cofradía del Discípulo Amado y Jesús de Medinaceli.
El germen de esta cofradía participó entre los años 50 y 57 del siglo XX en la Procesión de la Sagrada Pasión del Redentor, contando además con una particularidad, la de aglutinar a los periodistas en una hermandad para dar culto a San Juan Evangelista el cual fue uno de los cronistas de la vida de Jesús, de ahí que se le escogiera como el titular de una corporación integrada por periodistas.

Sin embargo, esta cofradía no llego a estar aprobada canónicamente y con el paso de los años su actividad cesó.



A finales del siglo XX, un grupo de personas intentaron resucitarla y al fin, fruto de años de trabajo, lo han conseguido. Actualmente la imagen de Jesús de Medinaceli está realizándose y se espera su llegada a Valladolid en Junio.
El paso que la cofradía alumbraba en los años 50 se denominaba La Virgen y San Juan y salía el Viernes Santo en la procesión general. Entre 1950 y 1952 salió después de Camino del Calvario y antes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, mientras que entre 1953 y 1957 lo hizo después del Nazareno y antes de Preparativos para la Crucifixión. Conviene recordar que por aquellos años era la cofradía de la Cena y no la del Despojo quien sacaba Camino del Calvario, de ahí que este fuera antes del Nazareno y no después como ocurre actualmente.

El paso de la Virgen y San Juan estaba compuesto por las imágenes de la Virgen María y San Juan, ambos procedentes del retablo del altar mayor de la Iglesia de la Vera Cruz y también por una imagen de la Magdalena procedente del museo. Esta Magdalena no era, ni más ni menos, que la perteneciente al paso del Longinos de la Cofradía de la Piedad y que hace poco tiempo muchos cofrades vimos por primera vez gracias a este blog.



En las fotos se puede comprobar sus manos hacia arriba, sus característicos pliegues del manto y el llamativo peinado.

Pero todavía hay otra curiosidad más por apuntar, en el Museo como se ha comprobado conservan todavía el San Juan y la Virgen que pertenecían al paso del Longinos de nuestra cofradía. Aunque no se ha localizado ninguna referencia documental que lo atestigüe, no resulta descabellado decir que se pudo pensar en aquellas imágenes para conformar el paso conjuntamente con la Magdalena y que, quizás, por su posición mirando hacia arriba o por su estado, se descartaran y se recurriese a las mencionadas esculturas de la Vera Cruz.

He aquí, pues, otro pedacito de nuestra historia, que se entrelaza con la de otras hermandades.
¿Volverán algún día a ver estas imágenes las calles vallisoletanas?

viernes, 13 de abril de 2012

La orden de la Merced: Asistencia a Presos y Ajusticiados.





A continuación os dejamos con el artículo elaborado por f. Mario Alonso, sobre su Orden de la Merced y la relación con reos, presos y ajusticiados y su carisma de ayuda y redención, que aperecerá en breve en su revista "Caminos de Liberación"



Este año nuestra Hermandad, heredera de esa tradición pues fue fundada en el seno de esta orden, no ha logrado el indulto para los presos propuestos, quizás quede en anécdota, quizás es difícil cumplir lo requisitos exigidos, no sabemos la causa real... lo que tendría que estar siempre presente en nuestra hermandad es ese carisma al estilo mercedario, donde siempre estemos atentos para ayudar no sólo al "reo", también a nuestro prójimo más cercano, al hermano y al cofrade.

La MERCED y su ASISTENCIA a PRESOS y AJUSTICIADOS
Su reflejo en una pintura de Gutiérrez Solana

Mario ALONSO AGUADO

En los últimos siglos existe una paulatina identificación del carisma mercedario de redención de cautivos con aquellos que yacen confinados en los presidios faltos de libertad. La Virgen de la Merced, considerada patrona de las prisiones, logró que sus hijos encauzasen el ideal redentor de San Pedro Nolasco al mundo de las cárceles. En la actualidad los religiosos mercedarios asisten, corporal y espiritualmente, a los presos; en el pasado incluían también a todos aquellos apresados que iban a ser ajusticiados.



De toda esta realidad, se han hecho eco la literatura, las bellas artes, las festividades, el mundo de las devociones y liturgias, etc. Por poner solo algunos ejemplos: Benito Pérez Galdós, aquel novelista decimonónico que retrató magistralmente la España de su época, describe en uno de sus Episodios Nacionales, “El Terror” de 1824, al P. Alelí, fraile de la Merced, afirmando que “acostumbraba el buen sacerdote visitar a los presos para consolarlos y oírles en confesión, y frecuentemente pasaba largos ratos con alguno de ellos hablando de cosas festivas, con lo cual se amenguaban las tristezas de la cárcel”.



Por su parte, Concepción Arenal, escritora, socióloga y activista en pro de los presos, recoge la noticia en, Artículos sobre beneficencia y prisiones, de que el 2 de febrero de 1882 se inaugura un Patronato y Asociación para mujeres presas en la iglesia de la Merced de Barcelona, asistiendo el obispo diocesano y poniendo a la Virgen de la Merced como protectora de dicha asociación.



La devoción a la Virgen redentora como patrona de los presos fue extendiéndose rápidamente, a la vista tenemos un recorte de prensa, El Castellano, 13-IX-1922, donde dice que, ya el año anterior, en la iglesia toledana de Santa Leocadia, donde se venera una bella imagen de María de la Merced, procedente del antiguo convento mercedario de la ciudad Imperial, “varias familias de los prisioneros españoles en África y otras muchas personas interesadas por espíritu cristiano en la suerte de nuestros cautivos, contribuyeron con sus limosnas para celebrar algunos cultos especiales en honra a Nuestra Señora de la Merced”.



Este patrocinio se oficializó civilmente ya en 1939. La Virgen de la Merced fue declarada patrona de las prisiones de España el 27 de abril de dicho año, siendo Ministro de Justicia el Conde de Rodezno, y Director General de Prisiones don Máximo Cuervo. Sirva este amplio preámbulo para contextuar y mejor comprender la siguiente obra de arte que a continuación pasamos a analizar.


El autor de la obra es José Gutiérrez Solana (1886-1945), polifacético escritor, grabador, dibujante y uno de los grandes pintores de la primera mitad del siglo XX, representante junto a Zuloaga de la llamada España negra, enfrentada a esa otra España blanca, la que representan las pinturas de Joaquín Sorolla. Sus lienzos contraponen la oscuridad y la luz en pueblos olvidados o en arrabales urbanos. Sus pinturas trasmiten una profunda religiosidad, retratando los gustos, las fiestas y diversiones populares, la semana santa y sus penitentes enlutados, el carnaval y sus máscaras grotescas, el arte, la violencia y la sangre en los ruedos… motivos que se repiten una y otra vez con variantes iconográficas. Solana no se limita a copiar del natural, ni tan siquiera a evocar aquello que ve, él mira subjetivamente, de forma insistente, trasmitiendo con su paleta y su pincel la cara más siniestra y trágica, más pobre y amarga del mundo, lograda a través de deformantes y alucinados manchones. Subyace en su pintura el mensaje profundo de la transitoriedad de la vida y la inutilidad de la vanidad humana. La muerte se erige, por ello, en protagonista, y explica la negrura y el pesimismo que traspira toda su obra. Su contemplación nos lleva hasta las pinturas negras de Goya, hundiendo sus raíces en Valdés Leal y en las danzas medievales de la muerte.
El óleo que queremos presentar lleva por título Garrote vil, obra de 1931, convulso año en el que se proclamó la II República en España. Adquirida por el Gobierno francés en 1936, desde entonces se custodia en París, en el Museo de Arte Contemporáneo. La escena que representa tuvo lugar cerca del castillo de Alba de Tormes (Salamanca) en 1897, y recuerda a otras obras de igual título salidas de las manos de genios como Goya o Ramón Casas. Bajo un cielo tenebroso y bajo la amenaza de la torre siniestra de un castillo, se simultanean dos escenas de ejecución, un antes y un después que da dimensión temporal al cuadro. La magnífica composición prima el protagonismo de los tres personajes de la derecha, presentados en un primer plano. Sin duda, el que más destaca es el fraile mercedario que presta auxilio espiritual al preso que será ejecutado, condenado a muerte mediante garrote vil, al tiempo que muestra y señala, con su dedo índice de su mano derecha, al crucificado, a Cristo Redentor. A su lado, el ya mencionado preso condenado, un pobre hombre atormentado y maniatado. Y junto a él un guardia civil con su característico tricornio y bigote. Los tres tienen rostros duros, rudos, quizá el más acentuado sea el del guardia civil. Los tres muestran una constante que se repite en otras obras de Solana: regusto por lo sombrío y desencanto vital, una filosofía que comparte con la generación literaria del 98. Son imágenes valleinclanescas que rayan lo esperpéntico. En el otro extremo del cuadro, en un plano más alejado, aparecen otros cinco guardias civiles a caballo, sus espadas levantadas logran mantener el orden; su función represora alcanza también a los espectadores que macabramente aguardan la ejecución. En la paleta, en medio de colores de tonos sombríos, ocres y verdosos, emerge el blanco hábito mercedario del fraile, incluyendo el escudo de la Merced en el escapulario. Color claro que tiene también la camisa del condenado y que contrasta vivamente con el amenazante color amarillento del cielo y con el amarillo fuerte de los correajes del uniforme del guardia. En suma, una pintura maestra que aborta la muerte como el último de los espectáculos ciudadanos al que asistimos, como un círculo dramático y sobrecogedor, en el que no existe posibilidad alguna de retorno.

miércoles, 11 de abril de 2012

Tiempo de balance



Acabada la Semana Santa es momento de hacer balance. Lamentablemente la tan temida, y a la vez deseada lluvia, apareció.

Los días previos al Domingo de Ramos fueron magníficos, con una excelente temperatura y un sol radiante.

Pero el Lunes Santo todo se torció. Afortunadamente hubo una tregua durante el Martes y el Miércoles, aunque siempre con la mirada puesta en el cielo.


Nuestra procesión del Miércoles Santo comenzó a las 12 de la noche, desde el interior del templo. Estrenábamos hachones, aunque nadie había comentado nada sobre ello, ni si quiera se dieron explicaciones en el Cabildo, unos días antes.

Desde aquí apuntar que es más propio la cera de las velas, pero...

El canto del Miserere debió comenzar antes, y así no hacer tan larga la espera para poder ver a Nuestra Madre, fue un comentario que se oía a pie de calle.

Antaño siempre nos esperaba una multitud de gente en la Plaza de las Batallas, ahora apenas hay personas que nos reciban, solamente las que acompaña desde la acera.

Se hace necesario un cambio de recorrido, pero...


El Jueves Santo ameneció lloviendo, en las horas centrales del día no caía agua, pero a la hora de la procesión, en torno a las 6 de la tarde las gotas de agua comenzaban de nuevo a caer.

Tras sopesar la situación se decidió suspender la procesión, al igual que el resto de las programadas para ese magnífico día en Valladolid. Y van dos años seguidos, así que el refrán "Hay en el año 3 Jueves que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión", no se cumplió y así nos acostamos, quizás más temprano que otras veces, pues las procesiones de madrugada, ya dentro del Viernes Santo se suspendieron también.


Y ... sorpresa para el Viernes Santo, ¡vaya nevada! Que recordemos nunca habíamos visto nada igual.

Todo indicaba que el día sería igual de desafortunado.

El sermón se realizó en el interior de la Catedral, por cierto magnífico de la mano de D. José Andrés Cabrerizo.


Y llegó la Procesión General, con una hora de retraso, casi sin riesgo de lluvia, pero ese 5% se cumplió y con adelanto. A nuestra hermandad le pilló ya al salir de la calle de las Angustias, no sabemos porque se prosiguó, quizás haya que preguntarse por qué continuamos, seguramente por ver si paraba, lo que no entendemos muchos es que una vez que se pasó por delante de las autoridades no se tapase la Virgen, del mismo modo que se hizo con el "Entierro de Cristo", de manera rauda y eficaz. (Fotos tomadas en la calle Regalado). Se esperó hasta esta calle, tarde sin duda, pero...


Se acabó la Semana Santa 2012 en Valladolid, ya esperamos la del 2013 con muchas ganas, seguramente el tiempo nos de un respiro, y aunque hay un dicho que dice que "no hay dos sin tres", deseamos fervientemente que no se cumpla.

No sabemos si será influencia de la Luna llena, en este plenilunio de primavera, lo que es cierto es que el tiempo cambia y de ¡qué manera!


De todas formas Feliz Pacua por la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Ahora que siga lloviendo todo lo que quiera.

miércoles, 4 de abril de 2012

Miércoles Santo: Todo listo



Hoy cuando la noche del Miércoles Santo se confunde con la del Jueves, la Cofradía de la Piedad, con 434 de historia en la Semana Santa de Valladolid, saldrá de nuevo a la calle a dar testimonio público de la Fé que decimos profesar en Jesús de Nazaret.


Hoy nuestra Madre y Señora, con su Hijo yerto en sus brazos, la Virgen de la Piedad saldrá de San Martín un Miércoles Santo, después de 11 años.


Será acompañada por sus cofrades, por su Cofradía , por devotos, por turistas y por Valladolid.

Hoy al inicio del Jueves Santo, la plazuela de San Martín esperará ilusionada la salida de la espléndida talla de Gregorio Fernández, la que en un día de 1627 fue ubicada en la capilla de la Soledad del Convento de San Francisco.


Todo esta listo, todo esta presto, nuestra Madre nos espera, acudamos.

Es Miércoles Santo y Valladolid se prepara para 3 días intensos.


Feliz Semana Santa.




martes, 3 de abril de 2012

Lunes Santo: Y... la lluvia apareció.



Tanto la procesión del Santísimo Rosario del Dolor, como la de la Buena Muerte fueron finalmente suspendidas debido a la incesante y abundante lluvia caída ayer en Valadolid, durante toda la tarde-noche.

La tan temida líquido elemento apareció a eso de las 6,30 de la tarde acompañado de una fuerte tormenta, y no paró hasta al menos la media noche.

Los responsables de las Hermandades de la Vera Cruz, Ecce Homo, N.P. Jesús atado a la Columna, Oración del Huerto, Siete Palabras y Santísimo Cristo despojado, conjuntamente con la Junta de Cofradías decidieron suspender la procesión.

De igual forma aconteció a eso de las 11,00 de la noche, cuando la hermandad de la Preciosísima Sangre de Ntro Señor Jesucristo también se vio obligada a suspender el cortejo procesional.

No pudo ser y otro año más la lluvia apareció, no sabemos como transcurrirá la semana pero todo parece indicar que las previsiones no son nada buenas. Al menos nuestros campos y futuras cosechas lo agradeceran.




Por otro lado mencionar que el tejado de la Parroquia "Beato Florentino", del Bº Parque Alameda, sufrió un desprendimiento hacia la 7 de la tarde como consecuencia de la tromba de agua. Parte de las tejas del templo se desplomaron, cayendo fuertemente sobre la acera y la calzada. Por suerte y fortuna no hubo que lamentar heridos. En ese momento ni personas ni vehículos transitaban por la calle.

Todo quedó en un buen susto, esperemos que pronto su arreglo se lleve a cabo. Así lo apuntaban anoche tanto el arquitecto como el responsable de la empresa constructora, que rapidamente se personaron en el citado templo. Indicando que no había peligro en su interior.





EL NORTE DE CASTILLA: SEMANA SANTA
La lluvia impide la salida de la procesión del Santísimo Rosario del Dolor
Los responsables de la cofradía apuraron todo lo posible, pero el tiempo hizo imposible la salida de las tallas.

No pudo ser. Las predicciones meteorológicas se cumplieron y la lluvia que descargó sobre Valladolid acabó impidiendo la salida de la procesión del Santísimo Rosario del Dolor. Los responsables de las cofradías que componen la procesión trataron de apurar el tiempo al máximo en espera de una mejoría del tiempo y de un cambio en las previsiones, pero la continua amenaza de lluvia acabó por aconsejar a todos que, la procesión no saliera.
Seis cofradías participaban en este desfile procesional que arancaba con La oración del huerto y preseguía con el Señor atado a la Columna, Ecce Homo, Camino del Calvario y La crucifixión del señor, una historia narrada en madera y tallas para plasmar el dolor de Cristo. La procesión se cerraba con la imagen de Nuestra Señora de la Santa Vera Cruz, la madre que sufre por le dolor de su hijo, como demuestran a lo largo del recorrido las paradas para simbolizar los cinco misterios del dolor.
Como novedades de este año estaba el nuevo paño que, elaborado por Miguel Ángel Soria, estrena el paso del Camino del Clavario. La cofradía del Santo Crsito de Artilleros iba a estrenar un incensario para dar mayor realce a la planta de cofradfías y los cofrades de Nuestro Padre Jesús atado a la columna iban a procesionar con cien nuevos hachones plateados elaborados por un orfebre de Ciudad Real.
Además, por primera vez este año, después de pasar por Las Edades del Hombre, el Cristo de La Oración del Huerto hubiera procesionado sin potencias. .


Por otro lado, en la iglesia del Beato Florentino, localizada en el barrio de Parque Alameda, se han producido desprendimientos desde la cornisa que han requerido la presencia de los Bomberos.



lunes, 2 de abril de 2012

No habrá indulto



Este Jueves Santo no habrá acompañamiento a la Cofradía de la Piedad, durante el transcurso de la procesión de Penitencia y Caridad, por ningún preso indultado. Ya que tanto la Audiencia Provincial de Valladolid como el Consejo de Ministros rechazaron el informe previo tramitado por la Hermandad, que proponía a dos reclusos de la cárcel de Valladolid para su liberación.


El tribunal provincial, en esta ocasión, se ha opuesto a las dos propuestas porque considera que «no concurren razones de justicia, equidad y utilidad pública que las justifiquen», puesto que ambos reclusos han sido condenados por delitos de narcotráfico, con varios años de condena.


La cofradía de La Piedad establece como requisitos para tramitar la petición de indulto, que el preso o presos no hubiera o hubieran sido condenados por delitos contra la salud pública y todo el tema relacionado con las drogas, que no haya delito de sangre, de violencia de género sexista y que tampoco creen alarma social.


La oposición al indulto de la presa D. B. E. se ha realizado después de examinar su expediente, que contempla una condena en marzo de 2010 de cinco años por narcotráfico.

El segundo preso propuesto para indultar, J. M. G. L., fue condenado en 2009 a cuatro años de cárcel tras encontrarle culpable por vender cocaína.



Desde 1927 viene la Cofradía de la Piedad realizando la petición de indulto, durante un periodo se vio interrumpido, recuperándose de nuevo la tradición en 1999.

En 2008 ya tuvimos un caso parecido que así se reflejó en la prensa:




EL PAÍS, 14/03/2008 LAURA CANTALAPIEDRA No al indulto, ni por piedad. La Audiencia de Valladolid se opone a liberar un preso a solicitud de la cofradía por el tipo de delito que cometió Entre los asuntos que se debatirán hoy en el Consejo de Ministros, uno de ellos tiene en vilo a dos familias y expectante a una de las cofradías de Semana Santa más antiguas de Valladolid. Las familias son las de un chico y una chica menores de 30 años, que cumplen condena desde hace cuatro en la prisión vallisoletana, y la cofradía es la Penitencial de La Piedad, que ha solicitado el indulto para ambos.


Este hecho, normal en estas fechas porque en España son varias las cofradías que piden libertad para algunos reos, cuenta esta vez con el informe desfavorable del tribunal que juzgó y sentenció al varón implicado. A pesar de que la junta rectora de la hermandad tiene esperanzas de que el Consejo de Ministros no tome en consideración la negativa de los jueces, nadie se atreve a asegurar que el penado no tenga que pasarse los cuatro años que aún le quedan entre las rejas de la cárcel de Villanubla.



Como todos los años desde hace casi 20 y repitiendo un rito que se remonta al siglo XVI, la cofradía de La Piedad solicitó la libertad de dos reclusos que no estuvieran cumpliendo condena por delitos de sangre, drogas, violencia de género o terrorismo. Puestos en contacto con los responsables de la cárcel vallisoletana, éstos ofrecieron los nombres de tres personas que podían ser merecedoras del indulto. Aunque Santiago Temprano, el hermano mayor de la cofradía, no quiere revelar datos de los penados, 'que se guardan en una caja fuerte', señala que ambos estaban entre rejas 'por delitos comunes y en la calle tienen familias estructuradas que seguro les ayudarán a superar este mal bache'.Como es preceptivo, la petición de gracia fue a parar a la Sección de Indultos del Ministerio de Justicia, que solicitó el informe previo a los dos tribunales que habían dictado sentencia.



En el caso del varón, la Audiencia contestó diciendo que no procedía perdonarle porque, además de robar un coche, había obligado a la víctima a sacar dinero de un cajero automático.El conocimiento de este hecho no procupa a la cofradía (que tiene fama de peleona desde su creación, en 1578), cuyos responsables recuerdan que el informe de la Audiencia 'no es vinculante', que se fían del criterio de los responsables de la cárcel y que ningún indultado ha reincidido. Bueno, menos aquella vez, hace casi un cuarto de siglo, cuando el liberado caminó 200 metros antes de robar la cartera a una viejecita que veía la procesión.