jueves, 6 de junio de 2013

Los desconocidos mártires mercedarios del siglo XIX

La Merced. Madrid
El próximo 13 de octubre tendrá lugar en Tarragona una magna beatificación de la Guerra Civil Española, entre otros muchos hay 19 religiosos mercedarios. Con tal motivo, el padre Mario Alonso, gran historiador de la Merced y actual padre Superior de los padres mercedarios de nuestra ciudad, escribe este trabajo acerca de otros mártires mercedarios, los del siglo XIX en Madrid, varios de ellos vivieron en Valladolid. 

La Piedad, siempre unida a la Merced, se une a la alegría de la Orden mercedaria por la beatificación de estos frailes de 1936.


EL NECESARIO RESCATE DE UN OLVIDO INJUSTO
P. MANUEL ESPARZA y COMPAÑEROS (†Madrid 1834)
Los desconocidos mártires mercedarios del siglo XIX

P. Mario ALONSO AGUADO.

         En la Orden de la Merced fueron muchos los religiosos que sufrieron martirio en aras al cumplimiento de su cuarto voto de redención de cautivos. Ya en los primeros tiempos nos encontramos con grandes figuras de nuestra historia que derramaron su sangre por Cristo y hoy gozan de veneración en los altares de nuestros templos. Baste citar a San Serapio, San Pedro Armengol, San Ramón Nonato, San Pedro Pascual…este hecho martirial ha sido una constante en nuestra historia. Otros momentos clave, en cuanto al martirio se refiere, fueron: el descubrimiento y evangelización del Nuevo Mundo, la revolución francesa de 1789, la guerra de la independencia española, 1808-1813; la desamortización y exclaustración de religiosos en la España decimonónica, y la gran gesta martirial que sufrieron Aragón y Castilla, las dos Provincias españolas de la Orden de la Merced, en la guerra fratricida de 1936. Felizmente, el próximo 13 de octubre serán beatificados en Tarragona el P. Mariano Alcalá y compañeros mártires, diecinueve religiosos de Aragón que supieron anteponer su fe, su conciencia y su sentido de fidelidad a los votos profesados, incluso al inestimable valor de su propia vida. Un hecho, el de la beatificación colectiva, sin precedentes en la Merced, un hito de nuestra historia más reciente.

         En España, el siglo XIX fue pródigo en sangre derramada, aunque la cifra de mártires no superó a la del XX en el que el número alcanzó cotas elevadísimas. El primer mártir en aquella centuria decimonónica fue el obispo de Coria, Juan Álvarez de Castro y Muñoz (1724-1809). Natural de Mohedas de La Jara (Toledo). Murió víctima de los franceses en la villa extremeña de Hoyos, en la Sierra de Gata, donde ya anciano y con la salud bastante quebrantada había fijado su residencia y retiro. El historiador y catedrático don Fernando Jiménez de Gregorio reivindicó la beatificación de este ilustre jareño. En cuanto a la Merced se refiere fueron bastantes los mártires, entre otros el P. Pedro Pascual Rubert y Lozano, Provincial de la Merced de Valencia. En el presente artículo sólo queremos ceñirnos a los mártires del convento mercedario de los Remedios, en Madrid, alzado en lo que ahora se conoce como Plaza Tirso de Molina, en honor al dramaturgo mercedario que ocupó una de las celdas del referido convento. Hemos de remontarnos a aquel horrible jueves, 17 de julio de 1834, durante la regencia de María Cristina y la primera guerra carlista (1833-1840). En ambiente encrespado las gentes salieron con violencia a las calles y calumniaron a los frailes acusándoles de haber envenenado el agua de las fuentes públicas de Madrid, motivo por el cual el cólera hacía estragos y las muertes eran frecuentes. Ello originó un motín anticlerical con la gran matanza de frailes. Al atardecer de aquel aciago día, tras cometer tropelías y asesinatos en los conventos de jesuitas, dominicos y franciscanos, tocó el turno a los mercedarios calzados. Los religiosos mercedarios martirizados fueron los siguientes:

1. P. Manuel Esparza, Provincial de Castilla. Natural de Peralta, en Navarra. En 1793 vistió el hábito de novicio mercedario en Soria. Estaba en posesión de los títulos de Presentado y de Maestro y antes de ser Provincial ocupó importantes cargos de responsabilidad, entre otros fue Vicario y Definidor General. Murió en el coro a tiros y sablazos. Era un religioso bien formado, con grandes dotes para el gobierno y muy prudente.

2. P. José Melgar, Presentado. Nació en la localidad toledana de Lillo. En el convento mercedario de Santa Catalina, de la ciudad Imperial, recibió el hábito mercedario en 1788. Cursó los estudios en Alcalá y en otros colegios. En 1820, bajo la presión de los constitucionales se secularizó pero en 1824 pudo reincorporarse a la Orden. Las turbas que entraron en el convento lo mataron a bayonetazos.

3. P. Eugenio Castiñeiras, Procurador General de la Provincia. Natural de Santa María de Cartelle (Ourense). Nacido en 1766, ingresó a los veintiún años en el convento mercedario de Conxo, cercano a Santiago de Compostela. Realizó sus estudios en Salamanca. Obtuvo títulos y ocupó cargos: fue Presentado, Maestro Honorario y Procurador de la Redención. Pasó algunas temporadas en el convento de Verín (Ourense). Como buen gallego gozaba de grandes simpatías entre gente influyente de Madrid. Murió a bayonetazos.

4. P. Francisco Somorrostro, Definidor de la Provincia y Capellán Mayor de la Capilla de los Remedios. Natural de Segovia, en 1787 ingresó en el convento de la Merced de su ciudad natal. Estudiante en Burgos y en Salamanca. En 1805 fue Predicador en el convento de Valladolid. Fue elegido Redentor en el Capítulo de 1824. Murió cuando se ensañaron con él partiéndole la cabeza a sablazos.

5. P. Lorenzo Temprano, Presentado Honorario. Zamorano natural de Villardondiego. Vistió el hábito en Toro (Zamora) en 1797. Estudió en Valladolid y residió casi toda su vida en Madrid. Murió a balazos en los claustros donde fue hallado junto a un gran charco de sangre.

6. P. Baltasar Blanco, Predicador Conventual. Gallego natural de Caldas de Reis (Pontevedra). Tomó el hábito en Conxo y murió fusilado en el coro, a los veintisiete años de edad.

7. P. Vicente Castaño, Presentado Extranumerario y Portero Mayor. Natural de San Lourenzo de Seira (A Coruña). Ingresó en Conxo en 1803. Fue alcanzado por los claustros y muerto a balazos.

8. P. Victoriano Magariños, Cantor. Gallego, natural de Setecoros (Pontevedra). Vistió el hábito en Conxo en 1819, obligado a dejarlo en 1820, volvió a la Orden tres años más tarde. Refugiado en la bodega fue encontrado y acabaron con su vida a base de sablazos y bayonetazos.


Esta lista, de alguna manera oficial, se incrementa. El historiador Manuel Revuelta, añade otros cuatro mártires: los PP. Juan del Olmo,  José Villar, Juan Peñacarrillo y Pedro de Dios. También hemos de agregar a Basilio Díez, donado franciscano, que acogido en La Merced encontró allí la muerte. Heridos quedaron dos religiosos más y tres criados del convento. Todos ellos son los olvidados y desconocidos mártires mercedarios del siglo XIX, pertenecientes al convento de la Merced de Madrid. Sentados ya en la Gloria del Padre, por toda la eternidad, aunque sus imágenes todavía no hayan tomado asiento en los altares de la Tierra.

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